GIMNASIA PERDIÓ CON HUEVOS Y MUCHOS ERRORES
Gimnasia perdió como visitante contra Independiente por 3 a 2 en un partido de ida y vuelta en el que el Lobo jugó más de 20 minutos con un hombre de menos por la expulsión de Ramasco. Los goles para independiente los hizo Nuñes (3), mientras que para la visita descontaron Filepi y Gómez.
Solo bastaron 4´ para que Gimnasia quede desconcentrado y le conviertan el primer gol. Nuñez aprovechó un desborde de un compañero por la banda izquierda y anotó la ventaja con comodidad ante la atenta mirada de la defensa jujeña.
Es sabido que al Lobo le cuesta defender (es el equipo más goleado del campeonato: Boca y Colón le hicieron 4; Lanús y Huracán 3 respectivamente) , de hecho, fue notoria la impericia que mostró la defensa apenas comenzado el encuentro. A partir del primer gol, el partido se tornó friccionado en el medio campo, pero ninguno de los dos equipos pudo llegar al área rival con peligrosidad.
Por otro lado, sorprendió la decisión de Labruna de prescindir de Diego Mateo, Luna y Fileppi desde el arranque, todos de buen rendimiento en lo que va del campeonato. Tampoco usó a Clandria, quien no venía convirtiendo goles, pero siempre obliga a la defensa rival y se entiende muy bien con Carranza. Así, colocó a Montero por el sector izquierdo, dejando a Gómez como enganche y disponiendo de Carranza y Arraya como puntas.
Entonces, cuando se apagaba la primera etapa, Nuñez aprovechó un mal despeje de la defensa y pateó cruzado desde afuera del área dejando a Nereo Fernández sin nada que hacer.
En la segunda etapa, el técnico de Gimnasia hizo los movimientos correspondientes e ingresaron Luna y Fileppi por el impreciso Montero y Silvio Iuvalé. La reacción de la visita no se hizo esperar: se juntaron Carranza, Pieters, Gómez y Fileppi, descontando éste último con una excelente definición por encima del arquero tras una brillante triangulación de pelota.
Se avivaban las esperanzas y el empate ya no parecía tan lejano. Pero el medio campo siempre mostró falencias. La ausencia de Mateo no pudo ser suplida por Iuvalé y compañía. Por momentos Independiente se adueñaba del control del balón y dejaba a su rival con las ganas de jugar.
De esta manera, con el resultado abierto y en campo propio, Fileppi intentó tirar un caño a treinta metros de su arco, dejando mano a mano a Nuñez con Loeschbor. El goleador de la noche amagó disparar al arco y el zaguero visitante quedó inutilizado en el piso, luego, ante la salida de Fernández, definió cruzado y aumentó en 2 goles la diferencia a su favor.
La cara de Omar Labruna lo decía todo. Su equipo no respondía y los papeles se quemaban rápidamente entre sus manos. Para colmo de males, Ramasco (muy nervioso y enojado con el pésimo árbitro del partido, Rafael Furchi), vio la segunda amonestación tras una infantil e innecesaria infracción. Gimnasia se quedaba con 10 hombres y faltaba mucho…
Finalmente, como si fuese una película de terror, Nereo pedía el cambio y rengueaba mientras que minutos despues, Acuña, el mejor de la defensa, cayó mal y tuvo que ser retirado de la cancha. Leo Franco ingresó por el paraguayo pero jugó muy poco. Sin embargo, a 10´del final, se juntaron Carranza, Arraya y Luna para que Ricky Gómez descuente y le ponga pimienta a lo que quedaba de partido.
No pudo ser. Ni el amor propio de los que quedaron en la cancha pudo revertir una noche desastrosa, que seguramente dejará mucha tela para cortar en los pocos días que quedan hasta que Gimnasia vuelva a ser local este sábado ante Argentinos.