El “Lobo” volvió a perder como local, esta vez fue contra Independiente por 2 a 1 y se complica cada vez más su situación en la tabla del descenso. Los goles fueron de Acuña en contra y Montenegro, mientras que Arraya descontó para Gimnasia.
La visita comenzó ganando “desde el vestuario” con una jugada infortunada en la que Acuña quiso rechazar tras un centro rasante, desviando la trayectoria de la pelota y dejando a Nereo Fernández sin nada por hacer. Con la diferencia a su favor, Independiente jugó los primeros 45 minutos con suma tranquilidad y Gimnasia no pudo encontrar el rumbo para romper la ordenada defensa que propuso Santoro en su despedida.
El “Lobo” no pudo poner la pelota contra el piso como había ordenado Labruna, quien hizo entrar a Carranza por Turdó tras sufrir una molestia en la pierna derecha. Por otro lado, el ímpetu de los jugadores hizo “inclinar la cancha” a su favor, pero las jugadas no eran claras.
En la segunda etapa Luna y Mateo le dieron su lugar a Iuvale y Escalada. Apenas realizado el cambio por Mateo, Montenegro (el más preciso y punzante de la visita) tomó el balón tras un lateral y avanzó casi hasta el área grande rival, rematando fuerte y esquinado para poner el partido 2 a 0.
La reacción de los locales no se hizo esperar, e inmediatamente después del gol del “Rolfi” escalada recibió de un lateral cedido por Quinteros y sobre una baldosa se sacó su marcador de encima y asistió de gran forma a Arraya. Entonces el impulso anímico del descuento se hizo sentir en toda la cancha, Gimnasia salía a comerse a su rival.
De esta forma, se abrió el partido y empezaron a sobrar los espacios. Los dirigidos por Labruna se desordenaron un poco, pero tuvieron en los pies de Arraya, Carranza y compañía algunas oportunidades como para empatar. Es más, en la última jugada del partido, Lunatti (quien nos acostumbra a sus malos arbitrajes) no le cobró un penal clarísimo a favor de Miramontes.
El equipo jugó bien: trasladó la pelota por todos los frentes de la cancha y se primó el toque por sobre el pelotazo, pero siempre se hace cuesta arriba cuando a los 10 segundos de empezado el encuentro, el rival se pone en ventaja por una jugada tan infortuita.
Finalmente, la gente entendió que el camino propuesto por Labruna es el correcto y despidió a su equipo con aplausos. La entrega de sus jugadores contagió a todos y sobra la fe a la hora de pensar en “zafar” del descenso directo.
LOS JUGADORES:
Nereo: No pudo hacer nada en los dos goles. Dio seguridad bajo los tres palos, pero le falta mejorar con los pies.
Acuña: Flojo partido. Tuvo la mala suerte de hacer el gol en contra y se vé que eso lo desmotivó.
Ramasco: Una fiera. Ante la ausencia de Loeschbor se plantó como primer central y jugó un gran partido.
Desvaux: Muy bien. Siempre juega concentrado y se entregó por completo.
Mateo: Incansable. Siempre corre muchísimo y además juega.
Miramontes: Buen desempeño, pero le falta un poquito más de explosión.
Pieters: Metió y corrió. Por ahí se equivoca con la pelota pero siempre está.
Quinteros: No tuvo una buena primera etapa. En el segundo tiempo fue la mejor opción en la salida.
Luna: Flojo partido. A veces peca de individualista y se “la morfa” mucho por ser tan habilidoso.
Arraya: Sigue convirtiendo goles, es el más regular de los delanteros pero a veces le falla la puntería.
Turdó: Jugo poco. No se termina de entender con Arraya pero se sacrifica siempre por el equipo.
Carranza: Buen desempeño. Tuvo la más clara para empatar el partido y fallo. Es el mejor de la delantera pero a veces juega para él.
Escalada: Jugó poco y muy bien, se merece más tiempo en la cancha pero hay que ver si dura 90´.
Iuvalé: Es la carta del cambio en el medio. Si sale Mateo o Ramasco el responde y nunca sobresale demasiado, pero tampoco desentona.